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lunes, 1 de septiembre de 2008

De tarde-noche

Observación realizada el lunes 1 de Septiembre de las 18:15 a las 19 hrs.

Desde la esquina de Puente con Catedral, afuera de la farmacia, me dispuse a observar lo que sucedía en el costado de la Catedral, casi como siempre.

Al llegar noté que el número de personas es mas o menos el mismo observado en otras oportunidades en horarios similares, aproximadamente unas 30 personas, la mayoría eran hombres, ya que habían sólo 7 mujeres, lo que es un número mayor de mujeres de lo que habitualmente hay. Debido al frío, todos vestían ropas muy abrigadas, y varios (al menos 5) de los hombres usaban gorros de lana. Tambien la mayoría de los hombres tenía consigo una mochila, mientras que las mujeres usaban carteras grandes. Nuevamente tampoco se observó que se relacionaran con otras personas que no fueran peruanas, aunque si transitaban todo tipo de personas por el lado de ellos.

El total de personas se distribuye, como siempre, como si estubieran en fila a lo largo de la muralla de la Catedral. En el segundo segmento, dividido se encuentran 2 mujeres que conversan animadamente. Luego de unos 15 minutos de observación, un varón (también peruano) cruza desde la calzada opuesta para unirseles en la conversación, luego de saludarlas a ambas con un beso en la mejilla. Mientras conversan los 3, él se mantiene de pie y toma la mano de una de las mujeres. Luego de unos 5 minutos, se les unen otra mujer que se ve algo mayor, que llega con 2 niños. Saludan a los 3, y la pareja se retira junto a la señora que llegó con los niños, dejando a la otra mujer sola, sentada entre el resto de los hombres.

Luego de esto, al notar que el panorama no variaba mucho de observaciones anteriores, me dediqué a observar la calle catedral por la calzada opuesta, y noté que 2 mujeres de entre 35 y 40 años se encontraban en un costado de la vereda junto a unas grandes cajas de carton ofreciendo "comida" a quienes caminaban por la calzada, sin importar si son chilenos o peruanos. Al cabo de unos 25 minutos, al menos 3 varones se habían acercado a comprarles.

Considerando que nada nuevo acontecía, y que al fijarme que los detalles de la fluctuación de las personas eran mas o menos los mismos observados anteriormente, y que mi lejanía no me permitía escuchar las conversaciones que sucedían, me retiré y di por finalizada mi observación.

Carolina Morgado Escala.

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